La épica Argentina sigue viva: «Dios está con nosotros»

Messi, que se sacó la «mufa» por el penal malogrado en el estreno ante la debutante Islandia, se reencontró con el gol y abrió el camino cuatro años y un día después de su último tanto en una Copa del Mundo.


El destino quiso que fuese en la misma instancia y frente al mismo rival: Nigeria, que aquella vez caía por 3-2 con dos goles del astro del Barcelona y otro de Marcos Rojo, que hoy convirtió el del triunfo en San Petersburgo.



«Estábamos confiados en que lo íbamos a ganar, pero no esperábamos la complicación del empate y tener que ir a buscar el partido con los nervios que eso significa», explicó Messi al final del partido y al borde del campo de juego.
«Maravilloso haberlo ganado de esta manera», se dijo el hombre sobre el cual pesaban todas las responsabilidades de lo que bien pudo terminar en un fracaso rotundo para una generación de futbolistas que venían de perder la final en Brasil 2014.




«Hubiese sido un final muy feo e injusto para todos nosotros», destacó Messi, quien confesó que sentía «mucha bronca por aquel penal errado» en el debut, partido que «Argentina mereció ganar», pero empató 1-1, aseguró.


«Con Croacia, hasta el 0-1 estuvimos bien. Después nos desordenamos y regalamos dos goles innecesarios que nos pusieron en esta situación», agregó el astro antes de agradecerle «a toda esta gente que hizo un sacrificio para estar acá».
«A todos los que hoy llenaron la cancha y a los que viven en Argentina y nunca se dejaron llenar la cabeza con las boludeces (tonterías, Ndr) que se dicen», aprovechó en un pase de factura para su detractores.



«Una vez más se demostró que la camiseta de la selección está por encima de todo y esta alegría también la merecemos nosotros, que habíamos sufrido mucho», completó en referencia a los rumores que circularon en los últimos días.
Hoy, los que ayer criticaron, seguramente se sumarán al espíritu de triunfo épico mientras Argentina descansa, disfruta y se prepara para afrontar a Francia en Kazán, duelo que abrirá los octavos de final.
Ojalá también allí esté presente Dios, como bien dijo Messi aunque no aludiendo al «D10s» Diego Maradona, que hoy sufrió como el que más y festejó a rabiar desde el palco por el «milagro» que finalmente se hizo realidad.



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