Las medidas son por un valor de 34.000 millones de dólares, primera etapa de una acción preliminar por 50.000 millones.
Por su parte Pekín acusó a Washington de «bullying comercial», en un comunicado del ministerio de Comercio chino difundido tras la entrada en vigencia de las medidas, y aseguró que China «debe contraatacar». Poco después China impuso contramedidas por 34.000 millones de dólares sobre los bienes estadounidenses, anunciaron los medios oficiales en Pekín. Soja, carne, whisky y otras bebidas alcohólicas, así como autos, están en la mira de las aduanas.
El vocero del gobierno chino Lu Kang aseguró que las presiones estadounidenses serán «inútiles».
El presidente estadounidense Donald Trump había amenazado con nuevos aranceles por 500.000 millones de dólares si Pekín decidía represalias.
A bordo del Air Force One, rumbo a Montana para una cita electoral, el magnate dijo a la prensa que considera nuevos aranceles por ese monto.
Sus declaraciones refuerzan el clima de escalada de guerra comercial, con consecuentes efectos turbulentos en cascada sobre los mercados financieros, acciones y materias primeras.