Uruguay sale de la recesión

Según el Banco Central de Uruguay (BCU), la economía registró en abril-junio de este año un crecimiento interanual de 2,5 por ciento y de 0,2 por ciento frente al trimestre anterior, impulsada por actividades como el transporte, la industria, el consumo y la inversión pública.

«Es una buena noticia que Uruguay siga creciendo aunque hay una notoria desaceleración», dijo a Xinhua el socio de CSC Consultores, Marcos Soto.



Hay quienes relativizan el resultado por el efecto de la refinería de la empresa estatal de combustibles ANCAP, que impulsó el dato de la industria al reabrir tras un cierre por mantenimiento durante buena parte del 2017.

Si se elimina el «factor» refinería, el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 1,7 por ciento, lo que demuestra que tiene «una incidencia bastante notoria porque se lleva gran parte de este crecimiento», explicó Soto.

Pero la refinería está y «es un dato real», por lo que debe considerarse en la actividad, puntualizó el experto.



Poco después de que se conoció, el jueves último, el dato trimestral, el ministro de Economía de Uruguay, Danilo Astori, dijo que se trata de «un crecimiento modesto» que demuestra que, «aún en circunstancias difíciles, el país no ha dejado de crecer».

Para Astori, «si en las circunstancias más difíciles que hemos tenido no ha habido recesión o estancamiento, siempre se creció, aun en términos modestos no habrá recesión en los tiempos que vendrán, como hemos escuchado de algún pronóstico reciente».

De hecho, el indicador adelantado de la actividad, el Indice Líder Ceres (ILC), que elabora el instituto privado Ceres, cayó en junio (-0,3 por ciento) por segundo mes consecutivo, lo que anticipa una contracción de la economía para el trimestre de julio-septiembre.



El ministro subrayó que en la expansión del PIB contribuyeron el consumo y una recuperación de los niveles de inversión, principalmente en el sector público.

En 2017 la economía se expandió un 2,7 por ciento, impulsada por el consumo y las exportaciones, y completó 15 años de crecimiento ininterrumpido, el mayor ciclo positivo del que se tienen registros en el país.

Las principales variaciones positivas en el trimestre se dieron en la industria (+6,8), el transporte y las comunicaciones (+4,5), la construcción (+2,5) y el comercio (+2,3).



En cambio, hubo retrocesos en agricultura y ganadería (-2,1), motivado en la sequía que impactó en la soya y que se contrarrestó en la producción forestal y ganadera, y en suministro de electricidad (-4,4).

Al evaluar el componente del gasto, la suba del PIB exhibió un incremento del gasto en consumo final (consumo, +2,4) y una fuerte suba de la formación bruta de capital (inversión, +32,8), que se explica por la inversión estatal.

Considerando el volumen, el comercio exterior reportó un retroceso a nivel de exportaciones (-6,7) que contrastó con el avance de las importaciones (+5,6).



Al considerar el dato desestacionalizado se percibe «casi un estancamiento» ya que, si bien Uruguay «sigue creciendo, también lo hace en forma más lenta», advirtió Soto.

En el primer trimestre del año el PIB había registrado un alza interanual de 2,2 por ciento y un crecimiento desestacionalizado de 1,1 por ciento.

Las cifras actuales «no recogen el agravamiento de las crisis» en países emergentes como Argentina, Brasil y Turquía, recordó.



Reanudar una senda de crecimiento genuino y sostenido pasa necesariamente por recuperar la inversión privada.

«Si la inversión no se reactiva no se verán buenos resultados en el corto plazo y es lo que está pasando. La inversión privada parece no reactivarse, cae un 2 por ciento, y eso es preocupante», estimó Soto.

«Sino hay proyectos de inversión que vuelvan a generar nuevos emprendimientos, entonces es difícil que otras ramas comiencen a reactivarse», enfatizó.



De acuerdo con Soto se necesitan «exportaciones saludables, vigorosas e inversión constante. El consumo es parte del crecimiento pero cuánto más se puede sostener el consumo con una cuenta corriente deficitaria. Bajaron las exportaciones pero las importaciones aumentaron».

El objetivo del gobierno es una expansión de 2,5 por ciento para 2018, meta cada vez más difícil ante un entorno regional desafiante principalmente por la crisis en Argentina, clave para el turismo de Uruguay.

En este sentido, Astori reafirmó que el gobierno del presidente Tabaré Vázquez trabaja «para que la inversión se recupere, porque es un camino estructural, duradero, genuino, de crecimiento de la actividad y generación de empleo».



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