Según Kelin, Rusia llamó la atención a las “trágicas consecuencias de la operación en Donbás y el bárbaro ataque contra la sede de la Administración Regional de Lugansk” que causaron varios muertos y heridos.
“La operación punitiva de las fuerzas de seguridad ucranianas tiene todos los indicios de constituri una violación al derecho humanitario internacional y en particular al Convenio de Ginebra de 1949”, enfatizó.
El diplomático citó informaciones según las cuales los militares ucranianos bombardean objetivos civiles y emplean armas prohibidas como balas expansivas o bombas de racimo.
“Si esto se confirma, debe considerarse como crimen de guerra. Si se confirma que los ultras del Pravy Sektor asesinaron a heridos en un hospital de Krasni Limán no habría palabras para justificar esas acciones”, sentenció.
El reciente informe de la misión de observación de la OSCE confirmó el uso de tanques, artillería y aviones de combate en la operación en el este, recordó Kelin.
“Hemos planteado un sinfín de preguntas pero el embajador ucraniano no ha podido dar ninguna respuesta, aparte de intentar trasladar, una vez más, la responsabilidad a Rusia”, dijo.
Desde mediados de abril, Kiev realiza una operación especial en el este de Ucrania para reprimir las protestas de los independentistas que se rebelaron contra el Gobierno central tras el cambio del poder que tuvo lugar a finales de febrero pasado.
Moscú califica de punitiva la operación de Kiev, que ya causó decenas de víctimas, e insta a detenerla sin dilaciones.
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