Latinoamericanos disfrutan del carnaval en la comparsa Bésame Mucho

Río de Janeiro, 08-02-16 (EBC).- Gencia Brasil – Isabela Vieira – La comparsa regaló un variado repertorio de salsa, cumbia, funk carioca y marchinhas de carnaval. Este año, como se tenía previsto, cientos de personas se unieron a la comparsa en el barrio de Santa Teresa, ubicado en la zona céntrica de la ciudad.

Inspirado por la canción de la década de 1940, de la compositora mexicana Consuelo Velázquez, uno de los fundadores del grupo, el también mexicano Ezequiel Soto, contó que la idea surgió en su cumpleaños. “Era una manera de integrar las culturas y de celebrar”, dijo. Desde entonces, la idea ha cobrado vida propia.

“Hoy es una comparsa de amigos que se amplía cada año. Hay franceses, italianos, alemanes. Es una babel”, dijo Soto.

En su cuarto año de desfile en Santa Teresa, el repertorio del grupo también creció. La comparsa se movió al sonido de arreglos más latinos para el carimbó (ritmo popular en el norte de Brasil) y bailó el Afro Blue, una pieza clásica del percusionista cubano Mongo Santa María, además de la argentina Carnavalito (El Humahuaqueno) y la peruana Carinito. Las canciones son cantadas en portugués y español, por varias voces, mientras la comparsa sube y baja por laderas del barrio.

Entre las composiciones brasileñas, Suíte dos pescadores, de Dorival Caymmi, tocada al ritmo del funk carioca, fue una sorpresa del percusionista Mestre Vitico, quien también participa en la comparsa y está encargado de formar a los músicos de la banda en clases de percusión latina que imparte a lo largo del año.

Hace casi 11 años en Brasil, Mestre Vitico explica que los ritmos latinos son similares. “Lo que hacemos, en general, es incluir instrumentos brasileños, como el surdo, la caixa, el atabaque y el xequerê, que incluso ya se utiliza más en otros lugares, en los arreglos musicales”, contó.

Para él, el Bésame Mucho es una oportunidad para promover la cultura latina y para unir a las personas. “No sé explicarlo, pero quizás
debido a la lengua, existe una barrera que impide a Brasil conocer al continente. Sin embargo, a la gente le gusta cuando tocamos. Prueba de ello son las calles llenas”, observó.

De paso por Río para asistir un curso de percusión, el físico mexicano Oswaldo Jimenez Farias no pudo resistir las ganas de tocar el conga, instrumento ya había tocado en otras presentaciones de la banda. “El carnaval de Río de Janeiro es único. Por eso queríamos participar. Somos una mayoría de inmigrantes, y esa es nuestra oportunidad de ser protagonistas, y también de jugar”, dijo.

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