Florencia Rossi es traductora de inglés y chino mandarín, y cursa una Maestría en enseñanza de idioma chino para extranjeros. Desde 2018 difunde datos sobre las costumbres y las tradiciones de ese país en el que estudia, a distancia, hasta que pueda volver a la universidad de Nanjing cuando termine la pandemia.
Aunque nació en Gualeguaychú y estudió en Buenos Aires, en los perfiles de las redes sociales de Florencia Rossi aparecen junto a su nombre algunos caracteres orientales que se ven más o menos así 罗佳欣. Incluso el nickname que usa en Instagram Flor de China, da pistas sobre la dualidad de esta traductora de 27 años que se define a sí misma con un gentilicio que solo suele verse en los frentes de los supermercados: “argenchina”. El contenido propone un viaje a la cultura, la historia y la vida cotidiana del Lejano Oriente con una mirada muy argentina.
Para dar cuenta de su identidad y de su condición de “influencer” de la China milenaria en las redes sociales, Rossi cuenta que estudió un traductorado de inglés en la Universidad del Salvador y en 2018 obtuvo una beca que le gestionó la embajada china en la Argentina para estudiar idioma chino mandarín en la provincia de Zhejiang, en la República Popular China.
La experiencia le resultó tan interesante que buscó otros programas de intercambio y actualmente cursa una Maestría en Enseñanza de idioma chino en la Universidad Normal de Nanjing, en la provincia de Jiangsu. La pandemia la encontró tomándose unas vacaciones cortas para visitar a su familia en Entre Ríos y le impidió volver al campus de la universidad, así que por estos días Florencia cursa a distancia, con su reloj biológico adaptado a los horarios del Lejano Oriente para sumarse puntualmente a sus clases virtuales a las 4 de la mañana hora argentina. “No es fácil cursar porque las maestrías son muy exigentes y además de comprender el contenido tengo que entender lo que dicen los profesores”, confiesa.
La vida cotidana
“Acá o allá me siento un puente entre dos culturas”, resume la traductora que utiliza su perfil de Instagram tanto para difundir información sobre intercambios y becas de estudio en China como para contar datos curiosos sobre las costumbres y tradiciones del país al que adoptó como su segundo hogar.
Florencia Rossi postea fotos que reflejan el choque de culturas entre lo milenario y lo ultramoderno.
Florencia Rossi postea fotos que reflejan el choque de culturas entre lo milenario y lo ultramoderno.
“Me costó adaptarme a la diferencia horaria y a la comida porque soy vegetariana y ellos comen mucha carne pero lo logré. Me encanta estudiar en China y tener profesores y compañeros chinos porque además del idioma conozco la cultura y las tradiciones”, cuenta Rossi, quien antes de su primer viaje orientó sus redes para contar su experiencia. Además difunde información específica sobre educación en @estudiarenchina.adebac el Instagram de la Asociación de Ex Becarios Argentina China.
«Me encanta estudiar en China y tener profesores y compañeros chinos porque además del idioma conozco la cultura y las tradiciones».
En su papel de influencer Flor de China postea fotos que reflejan el choque de culturas entre lo milenario y lo ultramoderno que se ven en la China actual y rescata personajes e historias como la de Liziqi, una bloguera china muy popular que se dedica al arte culinario, a las artesanías y a la vida rural. “China es mágico porque uno va caminando por la calle y de repente se encuentra con una muralla que atraviesa la ciudad, y luego da una vuelta y aparece un edificio moderno con muchas luces. Estar en China es estar completamente en el presente, viajar al pasado y también al futuro”, argumenta.
El coronavirus
Aunque es un tema que surge con solo mencionar el lugar donde Florencia estudia, la joven no fue testigo de la pandemia de modo directo ya que las primeras noticias sobre la expansión del virus llegaron cuando ella estaba en la Argentina y desde entonces no pudo regresar. “No la viví físicamente pero sí a través de mis amigos y compañeros. Los estudiantes universitarios no podían salir del campus e incluso tenían que conseguir comida a través de aplicaciones electrónicas. Para ellos fue duro porque estaban encerrados y no tenían información sobre el virus pero el gobierno chino fue y es muy reactivo a los problemas y el pueblo chino supo respetar y cumplir con las medidas y de esta forma pudieron controlar la pandemia”, cuenta con un dejo de orgullo por la que considera “su gente”.
El enfocarse en la salud le lleva a la becaria a contar una de las cuestiones que más le llamó la atención del país donde estudia: la medicina china y su concepción del bienestar físico y psicológico.“Me fascina la costumbre de beber infusiones de plantas medicinales, ocuparse del cuidado de la piel, hacer deporte, caminar, recurrir a la acupuntura. Son cosas que adopté para mi vida”, revela.
El amor
Pero no todo es estudio y salud en la vida y las redes de Flor de China. También refleja datos curiosos como que el 20 de mayo es el Día del Amor. “Por eso si alguna china o chino te escribe “520” te está diciendo que te ama o te quiere. “5” hace referencia al mes de mayo y “20” al día pero además 520 se pronuncia “Wǔ’èr líng” y suena muy parecido a “te amo” en chino, que se dice “Wǒ ài nǐ””, argumenta junto a una foto en la que se la ve con un joven de rasgos orientales. “George es mi novio. Es de China pero trabaja en Latinoamérica, en una empresa de su país. Cuando estamos juntos hablamos a veces en chino y otras en español: En Argentina, hablamos chino si no queremos que otros entiendan. En China, español”, le cuenta a Télam en un alto en sus clases.
Sobre su futuro Florencia tiene como meta inmediata terminar la maestría por eso el próximo semestre arrancará con su tesis. Luego buscará oportunidades de trabajo u otras becas de estudio. “Pero siempre relacionado a China”, avisa.