Por Lucas Martín Di Marco. El Gobierno de Mauricio Macri accedió al poder capitalizando todos los errores y el desgaste del último ramo de la gestión de Cristina Kirchner, amén de su falta de apoyo al candidato propio, Daniel Scioli, que inició su campaña cuando ya estaba en el Ballotage.
Sin embargo y pese a tener todos los medios, o al menos los más importantes del áis a su favor y protegiendo su imagen, Macri y su Gobeirno vienen de «error en error». Fue un error cambiar la fecha de feriado para el 24 de Marzo (día del último Golpe Militar) y el 2 de Abril (aniversario de la Recuperación de las Islas Malvinas), fue un error la condonación de 98,8% a su familia de una deuda de 70 mil millones de pesos y fue un error el descuento a los jubilados.
Esa argumentación ya no solo suena pueril sino que ha logrado unificar a la oposición y desbarrancar la imagen del Gobierno. Ese ensayo y error apareció ya el día siguiente a la victoria electoral, cuando el diario «La Nación» emitió un editrial sin firma pidiendo el fin de los juicios a los represores de la última Dictadura Militar. Gracias a Dios los reflejos democráticos de los periodistas de ese mismo medio desarticularon la maniobra y rechazaron ese editorial.
El hecho es que no siempre la Democracia argentina está atenta a devolver de volea esas intentonas de la gestión macrista, que por su asiduidad no pueden defenderse ya como «errores no forzados», de un tenista que se equivoca sin la ingerencia del rival. No siempre los medios, aún los monopólicos que apoyan al Gobierno de Macri, salen a cricificarlo como en este mes de Febrero por el nivel de su descrédito y acciones.
Más allá de lo que suceda este año, con unas elecciones en el mes de Octubre que se avisoran más que complicadas para la gestión del Pro, partido gobernante, es importante que el Gobierno de Ceos que encabeza Macri termine bien su mandato. Flaco favor a la Democracia le haría que otra gestión ajena al Justicialismo acabace descabezada y sin poder terminar sus cuatro años de Gobierno. Alimentaría la idea de que solo el peronismo puede gestionar a la Argentina y eso no es bueno ni para la Oposición al peronismo, ni para el propio peronismo ni para la Argentina en sí misma.
El presidente Macri llegó al poder por un dos por ciento de votos de diferencia. Es hora de que comience a gestionar de acuerdo a un programa para la mayoría de la gente o al menos para ese 50% que lo votó. Caso contrario se llevará al ostracismo a su invento, el Pro, y al Centenario partido de la UCR, cuyos líderes apenas si alzan la voz mientras otros deciden su suerte.