Cristiano 1, Messi 0

Y en la puja entre las grandes luminarias de los últimos años en el fútbol planetario, la disputa entre Cristiano Ronaldo y Lionel Messi predomina, tal como lo reflejan los diez Balones de Oro que se repartieron en partes iguales en la última década.



Cristiano llegó con una nueva Champions League bajo el brazo y pegó primero en Rusia, con una actuación descollante en el estreno y tres goles que le permitieron a Portugal empatar con la favorita España en el duelo más vibrante hasta ahora.
Su actuación opacó a la de Denis Cheryshev, que arrancó el Mundial como suplente y terminó siendo la figura en la goleada de Rusia por 5-0 ante Arabia Saudita tras saltar al ruedo a los 24′ por la lesión de su compañero Alan Dzagoev.
El triplete de Cristiano lo ubica ya como máximo artillero del Mundial y se tradujo en una lluvia de elogios en los medios de todo el planeta con conceptos que podrían resumirse con el calificativo de «monstruo».



Tal fue la palabra que eligió para definirlo el portugués «O Jogo», mientras que «A Bola» aseguró que con su consagratoria actuación, el astro de Real Madrid «nos deja una vez más sin palabras».
«Divino» fue el título de «Récord» para referirse a quien puso en ventaja a Portugal convirtiendo el primer penal de esta Copa del Mundo, tras una falta que a él mismo le cometieron, y que sentenció el empate definitivo con un soberbio tiro libre.
«Contra alguien como Cristiano Ronaldo es muy difícil», reconoció tras el partido Fernando Hierro, que ya festejaba lo que parecía victoria de España, cuyo comando apenas asumió tras el despido sorpresivo de Julen Lopetegui.
Un Lopetegui que pagó muy caro el precio de su pecado que no fue otro que anunciar su contratación por parte de Real Madrid al final de un Mundial del que finalmente se quedó afuera apenas un día antes de la ceremonia inaugural.



Nadie se muere en la víspera, reza un dicho popular, pero a Lopetegui lo «mataron» y en la víspera del estreno de España en la Copa del Mundo terminaba siendo presentado como el nuevo técnico «merengue».
Si todo sigue igual, el hombre que llegó para reemplazar al renunciante Zinedine Zidane podría terminar dirigiendo a Cristiano Ronaldo, siempre y cuando el astro luso no cumpla con su amenaza de partir lanzada tras la final de la Champions.
Ofertas no le faltarán seguramente, menos aún pensando en lo que hizo en el debut mundialista, actuación con la que se aseguró haber festejado goles en las cuatro ediciones en las que participó.
Un dato adicional indica que con 33 años, Cristiano es el jugador más «anciano» en haber convertido un «triplete» en una Copa del Mundo, tras lo cual afirmó: «He logrado un nuevo record en mi carrera».
Como para acallar a sus detractores, rápidamente aclaró: «No fue eso lo más importante, sino que mis goles sirvieron para empatar frente a uno de los grandes candidatos al título en Rusia».



El gesto de CR7 en el primero de sus goles, tocándose el mentón como si se acariciase una barba que no luce, fue interpretado por algunos como un «mensaje subliminal» para Messi, que sí la tiene.
«Me siento responsable», reconocía apenas un día después la «Pulga» tras malograr un penal que pudo haber cambiado el rumbo de un partido que Argentina terminó empatando 1-1 con Islandia, debutante absoluta en un Mundial.
El mismo equipo que comenzó a dar que hablar en la Eurocopa de Francia hace dos años, de la que se despidió en cuartos de final y en la cual Portugal terminó festejando su primer título de la historia con Cristiano lesionado apenas iniciada la final.
Hoy el que sufre es Messi, capitán de la «albiceleste» que también confesó: «Errar este penal me hace mal. Este Mundial comenzó con partidos duros para todos, pero podíamos ganar.
Ahora debemos crecer».



«Es normal, Messi es humano. A veces, las cosas pasan por algo. Hay que estar con él. Es un mal día, pero en cualquier momento puede definir un partido», lo respaldó su amigo Sergio Agüero, que marcó su primer gol en un Mundial un rato antes.
Lo cierto es que luego del traspié, el astro del Barcelona no volvió a ser el mismo, pareció desenchufarse y con él también lo hizo toda Argentina, que lamentó el empate, pero pudo haber sufrido incluso una derrota histórica.
«En el Mundial de Italia 90 empezamos perdiendo», recordó Diego Maradona, al referirse a aquel 0-1 con Camerún que la «albiceleste» de Carlos Bilardo sufrió en la apertura del torneo al que llegaba como campeona en México 86.



Luego terminaría jugando la final, con varias definiciones por penales en el camino, y perdiéndola con Alemania, su vencida cuatro años antes y vencedora de Argentina también en la de Brasil 2014, ya con Messi en cancha.
«Empezamos un Mundial perdiendo, no empatando», reiteró Maradona, quien como entrenador compartió tristeza con Messi en Sudáfrica 2010 y hoy dijo presente en el estadio Otkrytie Arena moscovita para acompañar a la «albiceleste».
«Sigamos alentando a Argentina», pidió Maradona, campeón en México 86 como se suele recordar cuando lo comparan con Messi, un ídolo que tropezó, pero seguramente se levantará porque, como dicen, el fútbol siempre da revancha.(ANSA).



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