El Brexit muestra el camino

Con Rusia marcando la hoja de ruta en la guerra de Siria y China desbancando a EEUU como primera potencia económica del mundo, el Reino Unido de  la Gran Bretaña decidió quitarse el corsé de la UE y buscar nuevas amistades.

Si bien la alianza de los ingleses con la Unión Europea le reservaba un sitial de privilegio (nunca dejó de usar su propia moneda, por ejemplo) y los ingleses siempre se han beneficiado de su «Relación Especial» con los norteamericanos volvieron a, patear el tablero de la historia.

La Alianza de Inglaterra con EEUU se vio reflejada desde la Primera Guerra mundial y siempre pelearon todas las guerras (militares, políticas y económicas) espalda con espalda. Claro que el malo de la película y quien pagó el coste económico y de imagen principalmente fue el grandote yanqui.

Hubo momentos donde la relación se tensó. Por ejemplo cuando Winston Churchill quería una invasión sobre Yugoslavia y los norteamericanos decidieron hacerlo por Francia (en plena guerra mundial), dejando todo el este de Europa a merced de Josif Stalin. También cuando Argentina intentó recuperar las Islas Malvinas, creyendo erróneamente sus generales a cargo del gobierno que el haber sometido a su propio pueblo y haber colaborado contra las guerrillas e Centro América haría decantar la valoración de Washington hacia el sur en lugar de defender al viejo león británico. Pero EEUU siempre fue fiel a Londres, en Malvinas y en cualquier otro punto. De hecho Inglaterra es el único país de la Otan que no tuvo que renunciar a su propia industria bélica para comprar armamento reglamentario de la Alianza Atlántica (o sea comprar armamento de EEUU).

Por eso y luego de haberse hecho respetar sus privilegios antes y durante sus vínculos con sus pares europeos y dentro de la Otan, hoy Gran Bretaña decidió dar un golpe. A la vista de un nuevo mundo multipolar donde la alianza con «el grandote» norteamericano y sus viejos amigos-enemigos de Europa continental no daba réditos, Londres cortó el lazo casi sin aviso y buscará mantener su posición dominante en el mundo haciéndose amigo de las potencias emergentes: los Brics, con Rusia y China a la cabeza.

¿Pero qué tiene Inglaterra que pueda interesarle a los Brics? Inglaterra no es solo Inglaterra, su reina madre preside la Commonwelt (Comunidad anglosajona de naciones), donde figuran países como India (que integra el Brics), Pakistan, Australia o Nueva Zelanda. Conseguir que el Yuan chino comience a pisar fuerte en la city londinense es un golpe más a la guerra declarada en el terreno monetario entre Pekin y Washington (y resultará mucho más rápido y efectivo para su ascenso que el intento de Vladimir Putin para instalar una nueva city en San Petersburgo). Por último, permitirá mostrar al mundo donde se ha movido ahora el eje del poder, dejando en evidencia la decadencia de la economía y fuerza militar de EEUU y la UE.

Queda por saber, ante todos estos cambios, que estrategia desarrollarán los yanquis y europeos despechados. Por de pronto, ya hubo contactos desde Paris para generar una alianza con el bloque del Mercosur. EEUU desde hace años (desde la gestión Obama) viene alejándose de las decisiones de Londres. Y América Latina, ante este mundo en guerra (fría) silenciosa, debe aprender a no poner todos los huevos en una sola canasta, es decir, aprender de la «pérfida albión», que siempre está con el ganador y por eso nunca pierde.

 

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