El 2 de febrero de 1848, México tuvo que firmar la pérdida de la mitad de su territorio. Fue el primer encontronazo entre el «Destino Manifiesto» y la reptendida superioridad racial yanqui y el resto de los países latinoamericanos.
El 2 de febrero de 1848, México tuvo que firmar la pérdida de la mitad de su territorio. Fue el primer encontronazo entre el «Destino Manifiesto» y la reptendida superioridad racial yanqui y el resto de los países latinoamericanos.