(ANSA) – ZURICH, 15 JUL – La FIFA confirmó el programa del próximo Mundial de Qatar 2022, el primero de la historia que se jugará a fin de año porque así lo imponen las altísimas temperaturas en el emirato que obligan a disputarlo en invierno.
El partido inaugural será el 21 de noviembre en el flamante estadio Al Bayt, de Jor, que se erige sobre los restos del demolido estadio Al Khor y tiene capacidad para unos 60.000 espectadores.
Para cuando comience la próxima Copa del Mundo, uno imagina o quiere imaginar, lucirá colmado pues para entonces la pandemia de Covid-19 que hoy azota al planeta y obliga a jugar sin público se supone debería estar superada.
La final a la que aspiran llegar los 32 seleccionados que logren clasificarse (a partir de la siguiente edición serán 48 los animadores) está prevista para el 18 de diciembre en el Estadio Nacional de Losail.
Un escenario que debería estar concluido el año próximo y tendrá capacidad para 94.500 personas sentadas, una cubierta totalmente realizada con paneles solares y, lo más importante, aire acondicionado para reducir los efectos del calor agobiante.
Al presentar el programa de partidos del próximo Mundial, en el que Francia deberá defender la corona que logró en Rusia 2018, la FIFA apostó por esa vuelta a la «normalidad» post pandemia al «invitar al mundo a soñar con un nuevo comienzo».
«Ahora, ese inicio tiene un punto de partida preciso», agregó la entidad al confirmar que la fase de grupos se disputará a lo largo de 12 días con cuatro partidos por jornada que se jugarán a las 13, 16, 19 y 22 locales (GMT + 3).
Entre las 18 y las 22 horas de Qatar se disputarán los duelos a partir de octavos.
La final por el tercer puesto se jugará el 17 de diciembre en el Estadio Internacional Khalifa de Doha, remodelado en 2017, capaz de albergar unos 50.000 espectadores y sede del Mundial de Atletismo que se disputó el año pasado. Mundial que generó bastante controversia, sobre todo con las pruebas de maratón que registraron un número inédito de abandonos por las altas temperaturas pese a que se disputaron en horario nocturno, entre septiembre y octubre.
Sin mencionar las polémicas que desde hace años rondan en torno las condiciones de esclavitud a los que son sometidos los trabajadores «golondrina» procedentes de otros países que trabajaron en la construcción de los estadios.
Según distintos organismos y entidades, como Amnistía Internacional, las precarias condiciones y la sobrecarga de trabajo provocó cientos de víctimas entre esos trabajadores y serán miles para cuando todo este en condiciones para que la pelota empiece a rodar, como si todo lo demás no importase. (ANSA).